Por Andres Villar @avillar9
Cuando ingresé a la Universidad, en mi primer día de clases,
un simpático profesor de introducción a la historia se paró frente a la tarima
en silencio y ante un centenar de jóvenes nerviosos desplegó con su mano
derecha, lo que parecía ser un pergamino oxidado. Miró a todo el curso y
preguntó en voz alta: ¿Qué es esto? Lo que tenía en su mano era una copia del
acta de fundación de la ciudad de Santa Fe (Argentina) y nos explicó brevemente
que la Historia se basaba en el análisis científico de estos documentos.
A qué viene todo esto se preguntará usted y ¿qué tiene que
ver con los celtics?, bueno le paso a explicar: el 22 de Enero del 2015 los muchachos de Brad Stevens se disponían a jugar
su segundo partido en la desgastante gira por el Oeste, en Portland, ese mismísimo
día puede llegar a convertirse en un hecho histórico para la franquicia, porque
después de esas dos horas y media de juego todo cambio para éste equipo, fue “EL”
momento del año y puede que se convierta en la génesis del próximo anillo (déjenme
soñar).
Un hecho Histórico por definición es “único e irrepetible”
(me martirizaron un cuatrimestre repitiéndomelo hasta el hartazgo) y éste partido tiene todas las características
de un hecho histórico aunque sea solo importante para nosotros y no para la
humanidad.
Pongámonos en contexto: los Celtics venían de transferir
a Jeff Green (ya lo habían hecho con Rondo), todo indicaba que el front office tenía
claro que su objetivo era mirar más la lotería del 19 de mayo, que el inicio de
los playoffs, nada descabellado si se tiene en cuenta que los orgullosos verdes
llegaban a esa gira con record de 13-26 y que por delante tenían a los
Clippers, Blazers, Nuggets, Warriors, Jazz y Wolves, que a la altura del
segundo partido se estaban por cumplir casi 2 años de la última victoria de los
celtics en tierras del pacifico (tiro ganador de Paul Pierce en Salt Lake City)
y que el nivel del equipo era por demás irregular, desperdiciando ventajas de
dos dígitos, perdiendo partidos improbables y siendo vapuleado en los últimos
encuentros antes de emprender el viaje a tierras del oeste.
Se esperaban derrotas por dos dígitos y quizás una victoria
en Minneapolis como algo realmente optimista, pero en el fondo ese día pensé que
algo iba a ocurrir… esos presentimientos que uno tiene por puro optimista o
porque realmente tiene algo de Nostradamus… pero yo sentía que algo iba a
pasar. Recuerdo haberle dicho al administrador de Rip City arg que ese íbamos a
romper la racha esa noche (habrá pensado que estaba loco) pero así sentía…
Los de Massachusetts saltaron a cancha con este quinteto:
Bradley, Turner, Crowder, Bass y Sullinger (claramente Stevens quiso sorprender
con una alineación baja), pero le duraría poco ya que Portland con la ausencia
de Aldridge, redobló la apuesta con Robinson y Kaman.
Ante el cuarto rebote consecutivo de Portland, Stevens sacó
a Zeller de la banca.
Ya en los primeros 12 minutos se podían ver que algo
distinto se estaba pergeñando. El back court de los celtics estaba presionando
sin descanso a los perimetrales (Matthews
y Lillard la pasaron muy mal durante el primer tiempo) y Boston se estaba
manteniendo en partido a base de defensa dura (hasta ese momento el equipo se había
caracterizado por anotar y anotar y defender poco y nada).
En ataque todo pasaba por Turner, que empezaba a tomar las
riendas del equipo como armador (ante la incredulidad de varios). El ex Ohio
State manejó los tiempos y alimentó a Zeller y a Sullinger en reiteradas
oportunidades, pero todo estaba partiendo desde el otro sector de la cancha…
algo se estaba modificando en la filosofía del equipo.
Durante el segundo cuarto Stevens puso en cancha a Tayshaun
Prince (éste rápidamente le dio frutos al equipo, defensa de elite, experiencia
y anotación… Brad lo amó instantáneamente… y yo también).
Prince pieza fundamental por esos tiempos |
La idiosincrasia del equipo estaba cambiando. Basado en lo
que el técnico tenía a disposición, éste empezó a construir en base a las
cualidades de su material (esfuerzo físico, defensa dura en el perímetro, buena
transición ofensiva y principalmente…lucha).
Ante la sorpresa de propios y extraños los celtics se fueron
arriba en el marcador al cierre del primer tiempo, dejando a los Blazers secos
desde larga distancia.
Al comienzo del segundo tiempo Portland emparejó el partido
a caballo de Lillard y sus rompimientos en la zona pintada (esto sería así el
resto del año... la descompensación del equipo ante la falta de alguien
intimidante debajo del aro fue el talón de Aquiles del equipo) pero a base de
esfuerzo se pudo disimular lo mejor posible.
A medida que transcurría el cuarto se veía que los
visitantes no iban a rendirse fácilmente, siguieron apostando a la defensa y al
contragolpe (una novedad bien recibida por todos nosotros). Prince y Thornton (todavía
en el equipo por esos tiempos) le aportaron a la segunda unidad la cuota de gol
para seguir a tiro en el marcador.
Avery Bradley y Brandon Bass (únicos sobrevivientes de aquel
equipo que había participado de la última victoria en tierras lejanas) marcaron
el camino para llegar a los últimos 5 minutos con chances. Ya para esa altura estábamos
todos esperando la debacle acostumbrada (los celtics eran el peor equipo de la
liga cerrando partidos por esos tiempos). Pero como dijimos anteriormente, algo
iba a cambiar ese día y que lo iba a volver “un mojón” en la historia verde de
este año.
A falta de 6 mins Bass se golpeaba la espalda terriblemente
al caer después de intentar agarrar un rebote, Olynyk que entraba a
reemplazarlo se torcía el tobillo y no volvería mas, y para colmo de males los
blazers sacaban una luz de ventaja que parecía definitiva teniendo en cuenta
los antecedentes de los dos equipos.
A la salida del minuto pedido por Stevens. Los celtics
logran una corrida de 10-3 y empatan el partido. Sullinger y Bradley, los
culpables de esto, y gracias al buen cometido en defensa por todo el equipo
sumado al buen tino en la conducción de Evan Turner nos devolvían las esperanzas.
La estadística pesimista decía que Boston se encontraba,
hasta ese momento del campeonato, con record de 1-7 en partidos con menos de
cuatro puntos de diferencia en los últimos 5 mins. Todos esperábamos el colapso
de siempre, las malas decisiones, las perdidas, la falta de efectividad…
Nada parecía indicar que cambiarían las cosas cuando Bradley
erraba un tiro abierto después de una jugada dibujada excelentemente por
Stevens, y luego perdería la pelota en un contragolpe tres contra uno. El
fantasma de esos dias aparecía como una sombra intimidante sobre nosotros. Pero
tres buenas defensas y una inteligente falta de Sully sobre Robinson le daban
la chance del cierre a los celtics a falta de 26.6 seg.
Portland se encuentra al frente del marcador 89 a 87, la
jugada pergeñada desde el banco de suplentes visitante no sale como corresponde
y Sullinger arroja un triple que da un rebote largo que es recuperado con un
tremendo esfuerzo por parte de Bass. Sully pide minuto atosigado por dos defensores.
8.5 titila el Jumbotron del Moda Center, Tayshaun Prince
pone la pelota en juego desde el lateral, Sullinger recibe en la línea del tiro
libre e intenta ir hacia el aro, pero Wesley Matthews le palmea la pelota,
Sullinger se arroja de cabeza al suelo logra capturar el balón y desde el mismísimo
parqué le da un pase a Evan Turner que estaba colocado por diseño en la esquina
derecha: Turner recibe, tira… la pelota gira preciosamente hasta sacudir la red
y estallan los pocos hinchas visitantes en Portland, gritamos todos en nuestras
casas como unos desaforados mientras Turner recorre la cancha con los brazos
abiertos y se dirige hasta el otro costado donde el General Manager de los
Blazers con cara de pocos amigos pide un Jump Ball.
Ya está, listo, se terminó, pero no… todavía queda por sufrir, hay un segundo por
disputar y en el otro equipo está uno de los mejores cerradores de partidos de
la liga: Damian Lillard.
Stevens planta su ya conocida zona para este tipo de
situaciones y entre Bradley Prince logran impedir un lanzamiento limpio de base
Blazer para darle el primer triunfo a los celtics en casi dos años y poner un
hito en el almanaque. Lo demás ya es historia conocida, victorias en Denver y
Salt Lake City, enorme partido ante el mejor equipo de la liga en Oakland y
derrota por cansancio en Minneapolis. Pero lo más importante ya estaba
sembrado, ese día se gestó la identidad equipista de estos celtics, a partir de
ese momento la palabra rendición no apareció nunca más en el diccionario de
este plantel y todo lo que nos estregaron de ahí en adelante es la esperanza el
que el día de mañana podamos decir que el 22 de enero del 2015 se gestó el
campeonato numero 18.
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