La filosofía de Stevens vs las necesidades de Ainge
Desde aquel triple sobre la chicharra de Evan Turner en
Portland, hasta el último disparo vs Atlanta, todo cambió en este equipo; de
ser un conjunto anodino y sin alma, a ganarse el respeto de sus colegas, como un
equipo duro y batallador.
Por @avillar9
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Cuando empezó esta temporada todos nos ilusionamos con la
gran preparación que había hecho el equipo, se veía claramente una mejora en
defensa, sumado al buen rendimiento de los recién llegados como Thornton y
Zeller y la aparición de Smart como rueda de auxilio de Avery Bradley y la
dupla Sullinger / Olynyk debajo del aro. Había que sumarle a esto, que sus dos
mejores hombres no estaban jugando, Rondo por su quebradura en la mano y Jeff
Green por una lesión en el tobillo, por lo tanto había expectativas… y de las buenas, para lo que venía en camino.
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Todo comenzó con el pie derecho, una victoria fácil vs
Nets en el que pudimos apreciar todo lo
bueno que habíamos visto en pretemporada, pero solo fue un espejismo, al día
siguiente viajamos a Houston y recibimos una cachetada de realidad, se empezó a
notar las deficiencias que íbamos a observar a lo largo del campeonato
(debilidad en la pintura y problemas en la rotación defensiva sobre el perímetro).
El viaje a Dallas dejó una muestra gratis de lo que se impregnaría
más tarde este plantel, de la mano de Smart los celtics remontaron una
diferencia de 30 puntos a base de defensa dura y lucha, a cuesta con todas las
limitaciones que cuenta este plantel… no sirvió de nada al final solo se
aprendió la lección nos quedamos en la orilla después de remar todo un océano… así
serían varios partidos durante la temporada.
Boston es uno de los equipos que más partidos tiene con
derrotas por menos de 6 puntos, muchas
despilfarradas en esa primera mitad de campeonato, cuando no sabíamos cómo
cerrar los encuentros, porque Rondo no estaba acostumbrado a eso y porque el
cartel de líder de plantel indicaba que era él quien debía cargar con el peso… así
Green, Sullinger o Turner tuvieron que delegar esa responsabilidad.
Llegamos a Diciembre navegando en la irregularidad, con un
record de 9-14 y ahí… en ese preciso momento, luego de dos victorias
consecutivas, la bomba de Adrian
Wojnarowski caía en Beantown: “fuentes de la liga indican que Rajon
Rondo está siendo negociado a Dallas Mavericks”… después de años de escuchar
rumores de traspaso de Rajon nadie se sorprendió, pero esta vez la fuente era
una de las más confiables de la liga.
Y así fue, el último representante del campeonato del 2008, capitán
del equipo y supuestamente piedra angular de la reconstrucción de la franquicia
hacia las maletas hacia el oeste a cambio de un par de rondas protegidas y tres
jugadores (Brandan Wright, Jamer Nelson y Jae Crowder).
Ainge no quiso pasar por una negociación con Rondo y sintió que
era el momento de obtener algo a cambio, antes de quedarse sin nada en la mano.
La última esperanza de la reconstrucción a corto plazo se evaporaba.
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El general manager luego de fracasar en el reclutamiento de
Love en el verano y viendo que Rondo iba por el máximo y teniendo en cuenta lo
que se avecinaba en la agencia libre 2015, no le quedó otra que apretar el
gatillo. Jeff Green seria el próximo en la lista… y así la profundización del
ctrl + alt + Supr arrastró a Jamer Nelson y Brandan Wright (en quien había esperanzas
de que fuera parte del proyecto) a cambio de rondas y espacio salarial, la política
del front office era clara.
Del otro lado, Brad Stevens tenía que hacer malabares para
conformar un equipo competitivo: “Me
levanto cada mañana y miro el Roster para saber a quién tengo en el plantel” dijo
antes del encuentro vs Miami.
Y esto pesaba en los jugadores, el rendimiento de Green cayó
en picada luego de la transferencia de Rondo, nadie sabía quién podía ser el
siguiente en la lista, por eso las derrotas no tardaron en llegar. El coach tenía
el roster sobrecargado en varias posiciones y esto limitaba el tiempo de cancha
de varios y no quedaba claro el roll de cada uno: hubo partidos en los que
utilizo a los 12 jugadores, esto no podía seguir así.
Porque si la idea era darles minutos a los jóvenes para que
se desarrollen, esto no se estaba viendo, así fue que Ainge terminó por
dinamitar lo que quedaba…
En el medio de estos movimientos el equipo fue ordenándose y
bebiendo lentamente la filosofía del entrenador sumado a los nuevos roles que
fueron adquiriendo los jugadores.
Después de la partida de Rondo y Green, claramente Sullinger
se hizo cargo del liderazgo, algo natural en él, acostumbrado a cargar con sus
equipos en el secundario y en Ohio State, Sully sabia como era ese trabajo y lo
tomó como algo natural, así declaraba en su diario para Espn Boston:
“Ahora me he
convertido en el último nombre que anuncian durante la presentación de los
equipos en los partidos en casa. Es algo especial para mí, considerando los
jugadores que han sido anunciados aquí en último lugar, como KG, Paul Pierce y
Rondo. Cuando piensas en todos los grandes nombres que han sido anunciados en
último lugar, es fantástico formar parte de ellos”.
En esa vorágine de partidos Stevens iba modificando sus
alineaciones en busca de respuestas, así Zeller pasó al banco, Crowder suplantó
a Green y Turner se hizo cargo de la conducción, ante los primeros fallidos de
Smart como titular.
El coach entendió que el ex Oklahoma State no estaba listo
para cargar con la responsabilidad del inicio, más que nada teniendo la sombra
de Rondo tras de sí, así Turner recogió el guante y pudo organizar el equipo más
allá de no ser su función natural. Pero inteligentemente el entrenador le dio más
minutos en el global a Smart y lo dejó en cancha en todos los cierres de
partido para que vaya acostumbrándose a los momentos difíciles.
Un record de 4-11 después del primer traspaso y un plantel
que navegaba en la irregularidad y parecía definitivamente tirar la toalla, se
estaba por enfrentar al momento más duro del calendario con una gira en el
Oeste, donde los celtics no ganaban hacia casi 2 años y en la cual tenían que
enfrentar, en 8 días, 5 partidos incluido a tres de los punteros de la
conferencia y dos back to backs.
Se les iba a unir Tayshaun Prince y Shavlik Randolph en Los
Angeles, los dos provenientes del traspaso de Jeff Green a Memphis. Stevens
agradecido por la cuota que le podía otorgar el ex campeón con Detroit a un
plantel que solo contaba con Wallace como hombre expediente, insertó al alero
en la rotación.
La gira fue todo un éxito, contra todos los pronósticos los
celtics encontraron la formula y su identidad, el coach pudo convencer a sus
jugadores que eran capaces de afrontar estos partidos y cortar la racha
negativa en tierras del pacifico.
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Victorias en Porland, Denver, Utah y un gran encuentro ante
el mejor equipo de la liga en Oakland, donde forzaron a los Warriors hasta el
último seg de partido, mostraron definitivamente el camino.
Sullinger se cargó el equipo a su espalda respaldado por un
gran trabajo de Evan Turner, Smart, Bradley y el recién llegado Prince. Se
estabilizo la rotación del equipo con una segunda unidad poderosa, de la mano
de Zeller, Smart y Prince y lo más importante de todo se encontró
definitivamente la filosofía del entrenador que fue tomada y asumida por los
jugadores.
La idea de Stevens era clara: ante la falta de jugadores de
renombre y varios de ellos de características defensivas (Smart, Crowder,
Bradley) había que poner el énfasis en la defensa, para poder crear situaciones
del otro lado de la cancha, luchar hasta el último segundo y no rendirse hasta
que suene la chicharra…pase lo que pase.
Stephen Curry daba cuenta de esto al finalizar el partido:
“es mérito de ellos (por los celtics) no se
rindieron nunca, siguieron empujando y empujando hasta llevarnos a este final
cerrado”.
Entrenador y jugadores se mancomunaron detrás de esta idiosincrasia
de “retroceder nunca, rendirse jamás” y esto se puedo ver en los partidos
siguientes.
La vuelta al Garden, luego de este agotador viaje, trajo dos
derrotas consecutivas que forzaron a Stevens a meter mano por última vez: Smart
estaba listo para afrontar la titularidad y Turner ocuparía el lugar de Crowder
como alero, reforzando el ataque de la primera unidad y dándole más sacrificio
y defensa a la segunda, con el ex Marquette.
Cuatro victorias en cinco partidos, fue el resultado más que
evidente de que la modificación resultó positiva. Se profundizo en la idea de la marca y el
contragolpe como armas predilectas de este equipo, se descubrió la alineación baja como nueva arma y la utilización
de la zona 2-1-2 por momentos para darle alternativas en el costado defensivo.
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El record es de 9-14 desde el encuentro ante los Blazers, se
está a solo un paso de la última plaza de Playoffs y se ganó el respeto de
propios y ajenos. Esto decía Paul Millsap después de la victoria de Boston en
el último segundo:
“un team
joven como ellos tiende a no salir y jugar duro cada noche. Los celtics son
diferentes"
Los jugadores tienen en claro lo que quiere el entrenador y
parecen convencidos de que este es el camino: “luchar, luchar y no rendirse nunca, aunque las cosas no estén saliendo
como queremos” decía Evan Turner.
Se llegó al límite de traspasos y el día 19 va a marcar los
pasos a seguir, Ainge puede volver a diezmar al equipo con algún traspaso… pero
los jugadores y el cuerpo técnico no dejarán de lado su idea de “retroceder
nunca rendirse jamás”.
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