Evan Turner el "base fantasma" de los Boston Celtics.
Por Andrés Villar @avillar9
Evan Turner es la base de la estructura equipista de estos celtics modelo 2015 |
Ustedes dirán que Marcus Smart e Isaiah Thomas son los bases
de este equipo, que ellos son los que organizan la ofensiva de Boston, pero
esto no es así, el playmaker de estos celtics de Brad Stevens es ni más ni menos
que Evan Turner, un jugador de 2 metros de altura con desplazamientos de alero
pero con mentalidad de point guard.
Durante toda su carrera en la NBA se lo trato de colocar en
la posición de alero, supuestamente su ámbito natural, pero esto nunca resultó,
siempre se esperaba que el ex Ohio State cargara con los puntos del equipo y
esto solo aparecía en contadas ocasiones. Los seguidores de los Sixers, que lo habían
drafteado en la posición número 2 del draft del 2010, estaban desilusionados con
el rendimiento del jugador. Así fue que lo transfirieron luego de tres años a
los Indiana Pacers.
Con la llegada de Turner a los de Indianápolis, todos
pensaban que el equipo de Vogel iba a pegar el salto de calidad que les faltaba
para poder destronar a Miami Heat de Lebron y Cia del dominio de la
conferencia. Pero otra vez, se lo volvió a colocar en situaciones de ataque que
el jugador no sentía y el fracaso fue más rotundo que nunca.
No solo su nivel basquetbolístico estaba opacado, sino que
se lo acusaba de ser un jugador díscolo y problemático y causante de varios problemas
en el vestuario de los Pacers.
Al comenzar la temporada, nos desayunábamos con que Danny
Ainge le firmaba un contrato de dos años por seis millones de dólares. Las voces de
disconformidad se oyeron en Beantown, diciendo por que se firmaba a un jugador
que se sabía era irregular, problemático y que no rendía lo que se esperaba de
él. Pero por otro lado, muchos hicieron el razonamiento contrario: se estaba firmando a un jugador con mucho
talento, por un módico precio (prácticamente regalado si vemos los
contratos del plantel) y que venía a
Boston a tratar de limpiar su imagen y formarse un nombre en la liga.
El jugador llegó a la ciudad por la puerta trasera, en los
blogs se burlaban de un par de incidentes que había tenido y se lo acusaba de
ser un jugador sobrevalorado, cuya personalidad extrovertida no coincidía con
los estándares conservadores de una franquicia como la Celtic. Pero todos olvidaban el factor X: Brad
Stevens.
El coach ya había hecho el año anterior un trabajo increíble
con otro jugador al que se le acusaba de egoísta, problemático y sobrevalorado,
el ex Washington Wizard, Jordan Crawford.
Stevens y Crawford |
Dos jugadores de características similares en un sentido: ambos necesitan tener la pelota en sus
manos y el entrenador no se las negó nunca, pero siempre con la condición
de la función equipista esté por sobre la individual.
Los resultados están a la vista, los números de Jordan Crawford
fueron los mejores de su carrera y Danny Ainge aprovechó el momento para
sacarle valor a un activo con el que no contaba.
Al año siguiente Stevens lo vuelve hacer, esta vez con Evan
Turner: el entrenador ha dicho en
reiteradas oportunidades en que siempre consulta con sus jugadores donde y como
se sienten más cómodos en la cancha y eso es lo que hizo con el ex Sixers. Pero
esta muestra de confianza tiene su
precio, porque el colocar al jugador a donde él quiere no es un premio, es
una obligación, debido a que desde ese lugar tiene que hacer que sus compañeros
saquen provecho también. La función equipista siempre está por sobre
la individual en el pensamiento del ex entrenador de Butler y es algo que los
jugadores de éste plantel han hecho carne.
Turner es un buen pasador, siempre lo ha sido, pero nunca se
lo explotó en esa función, supeditado al lugar que ocupaba en la cancha. Stevens al darle la pelota le otorgó una
responsabilidad: el compartirla.
En esta temporada el número 11 de estos celtics lleva, ni más
ni menos, que 375 reb, 375 ast y menos
de 200 perdidas (único en la liga que alcanza estos niveles). Para un
jugador que tiente tanto tiempo la pelota en sus manos y que organiza el ataque
de su equipo, su radio de perdidas es mínima (pensar que se lo acusaba de ser
inseguro con el balón).
Su entrenador no solo vio sus cualidades más conocidas y las
explotó, sino que además incrementó el
nivel de los intangibles: es un defensor correcto, no sale de la media,
pero puede cubrir varias posiciones y además es un buen rebotero, en un equipo
que carece de estas cualidades el nativo de Chicago es una bendición.
La ausencia de Rondo por lesión en un primer momento y luego
por su traspaso, le abrieron las puertas del control del equipo y sus números desde
diciembre no paran de crecer en todos los rubros.
La falta de madurez de Smart para organizar juego fue la
clave, a fuerza de prueba y error de afrontar la realidad…Turner funciona mejor
en función equipista e individual, cuando tiene la pelota en sus manos.
A partir de la gira
por el oeste a mediados de Enero el ex Sixers se hizo cargo de la conducción,
y vaya que lo está haciendo bien, 3
triples dobles en lo que va de la temporada (no había hecho ninguno hasta
este año) conversiones para ganar o empatar partidos sobre la chicharra y lo más
importante, el hacer mejor y más
productivo a sus compañeros (lo de Zeller y Olynyk ayer es una buena
prueba).
Turner ha incrementado el nivel de sus compañeros en función de equipo. |
Antes de llegar a
Boston se lo acusaba de ser un jugador irregular, pero este año ha
demostrado que el inconveniente estaba en donde buscar esa regularidad. La clave estaba en encontrar que es lo que
mejor podía hacer para el equipo y Brad Stevens parece tener un doctorado en esto.
Bajó la cantidad de puntos anotados en comparación de sus mejores años en los
Sixers 17 pts en 2013, pero ha elevado sus números en ast a 5.3, en rebotes
5.1, y si tomamos las estadísticas después del All Stars estos números se
elevan a: 11.1 pts, 6.8 ast, 5.5 reb.
En unos Celtics que se caracterizan por no tener un jugador
que salga de la media, Evan Turner se ha convertido en el reflejo e imagen de
su equipo, un jugador que aportar su cuota diaria una y otra vez en función del
engranaje de una maquina comandada por su entrenador. Y como ha dicho en
reiteradas oportunidades el mismo Turner: éste
es el equipo de Stevens.
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